domingo, 30 de septiembre de 2012

Encefalogramas planos y domingos

El conejo Duracell no sabe que existen los domingos.

Me gustaría saber porque los domingos tengo tan pocas ganas de darle al botón "ON" de mi cerebro para ponerlo a trabajar.

El séptimo día de la semana, para muchos, es síntoma de funcionar en "modo de ahorro de energía". Con el motor a bajas revoluciones no se puede lograr grandes objetivos personales ni pensar con claridad ó lógica y tendemos a movernos como puros animales: por instinto. Comer, ver la tele y dormir. Y poco más.

Después de un toda una semana con el cerebro echando humo, el domingo se produce el mismo efecto que cuando se le acababan las pilas al walkman. Es como las escenas a cámara lenta de Matrix: todo funciona a otra velocidad. 

Los domingos, nuestras neuronas permanecen aletargadas, tiradas en nuestro sofá mental... 

¿Sofá? ¿He dicho sofá

Ya sigo escribiendo si eso otro día, que es domingo.

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