lunes, 6 de junio de 2016 1 COMENTARIOS

Campaña electoral de trincheras

Fuente: abc.es
Tras haber comprobado el nulo efecto del juego de pactos (o de tronos) en el Congreso de los Diputados, nos encaminamos de nuevo a otras elecciones generales. Una nueva llamada a las urnas que, de manera inevitable, lleva aparejada su tradicional campaña electoral. Digo inevitable porque ojalá nos la pudiéramos ahorrar, pues ya sabe el electorado qué dicen, qué piensan y cuáles son las intenciones de los principales partidos políticos; no es necesaria una nueva campaña para que los portavoces y líderes de las distintas fuerzas nos recuerden lo bien que lo han hecho ellos y lo mal que lo han hecho sus adversarios en estos meses.

Este juego promocional tendría sentido si, al menos, estuviera marcado por ideas y propuestas sólidas. Sin embargo, la realidad es bien distinta. Lo que tenemos es una (pre)campaña electoral en la que ya no se debaten propuestas o programas. Se trata de una batalla política de trincheras en la que cotiza al alza atizar al rival,
el marketing, la impostura y los discursos vacíos de contenido. Palabras huecas para un país lleno de problemas. No hay un verdadero análisis de las propuestas económicas y sociales de los aspirantes a presidir este país. Todo se resume en si un partido graba un spot, si otro partido tiene un logo con un corazón, si se debate a cuatro o si unos son de una trinchera y otros de la contraria. El «y tú más» se ha puesto de moda. Polarizando al máximo la campaña electoral. ¡Al rico cliché, oiga!

La clase política no está dando la talla ni está a la altura de las circunstancias que requiere un momento como este. Un país con un acuciante 20% de desempleo, una deuda pública que supera el 100% del PIB (en realidad, mucho más), que tiene a la UE acechando con multas por incumplir el déficit y requiriendo nuevos ajustes; no puede tener a sus partidos políticos discutiendo temas intrascendentes (casi de patio de colegio) o sucesos que ocurren en «provincias» españolas de reciente creación situadas al otro lado del océano Atlántico. Nadie habla de la sostenibilidad del sistema de pensiones (que se nos va a pique), de un nuevo modelo productivo o de una revisión del conjunto del sistema fiscal (una verdadera reforma de fondo, no una simple subida o bajada de tipos impositivos). Asuntos serios, vaya.
 
Citando al gran Carlos Alsina: a los políticos se les ve el cartón. Aunque, eso sí, la responsabilidad no es solo de estos cuatro fantásticos. Los medios de comunicación (que no de información) también fomentan y avivan en prensa, radio y televisión el debate de cosas nimias y carentes de importancia. Cuestiones de absoluta irrelevancia para el ciudadano de a pie que se prolongan en interminables y soporíferas tertulias políticas. Cansado estoy ya de ver políticos desfilar por platós de televisión en programas inútiles para hacernos ver que ellos también pisan la calle y son como nosotros. Ya. No son como nosotros. Nosotros, por ejemplo, no podemos subir o bajar los impuestos, ellos sí. Doy el dato.

¿Cuándo afrontarán los verdaderos problemas de este país? ¿Tras el 26 de junio obtendremos una solución a aquellos asuntos pendientes? Quién sabe. De momento sigamos malgastando el tiempo con este absurdo juego lúdico del que en breve nos acordaremos. ¡Vaya si nos acordaremos! Que en esta guerra... los vencidos seremos los de siempre.

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